miércoles, 1 de abril de 2020

Aprendamos de Job #2



“Y le nacieron siete hijos y tres hijas.

E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos. Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.

Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito,

y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia. Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró,”
Job 1:2, 4-5, 13, 19-20 RVR1960


Ahora que tenemos a Mercy Isabella con nosotros hemos experimentado el amor que un padre puede sentir por sus hijos. Sé que muchos conocen nuestra historia y todo lo que hemos y estamos pasando para que nuestra niña salga adelante. Como padres nos hemos sacrificado, hemos orado, sudado y esforzado por ella. Creo que ha sido la situación por la cual más hemos rogado al Señor. Los padres aman a sus hijos, eso es lo natural. Y Job era un padre que amaba a sus hijos. 

Él tenía 10 hijos en total, y los textos antes descritos nos dan pinceladas de su afecto por ellos. Por lo visto estos jóvenes tenían una buena relación con sus padres y entre ellos, se amaban, había unidad y hermandad. Dice el texto que se reunían con cierta frecuencia a compartir. Hoy día hay hermanos o familias que no gozan de esta relación, más bien viven separados y alejados unos de otros. Pero pienso que un padre temeroso de Dios, criará hijos conforme a sus estatutos y eso se evidenciará en la vida de estos hijos. En su carácter y acciones.

Job amaba sobremanera a sus hijos, ese amor basado en lo que conocía de Dios, le hacia interesarse en sus vidas, en su relación con Dios. A Job no solo le interesaba tal vez que fueran bien parecidos, con buenos modales o buenos empleos, sino su vida delante de Dios. Qué Dios decía de ellos, a Job le interesaba que ellos no ofendieran a Dios, que vivieran honrando la santidad de Dios. 
Él se adelantaba a los acontecimientos, él no estaba seguro si habían pecado o no, pero aún así ofrecía sacrificios por ellos. Me imagino que él oraba por ellos y que también les instruiría en el conocimiento de su Dios. 

Como padres...le damos importancia real a la vida de fe de nuestros hijos? Estamos intercediendo a Dios por ellos? Somos ejemplo de devoción a Dios como Job delante de nuestros hijos? Creo que es un reto para mí y mi esposo, y para cada padre Cristiano, modelar una vida centrada en el evangelio. 

Ya he dicho muchas veces que Job amaba a sus hijos...pero saben qué? Él amaba a Dios más que a sus hijos. No como el caso de Eli, que menciona la palabra que honró a sus hijos mas que a Dios. A Job le llega la noticia de la muerte de sus hijos, de sus 10 hijos y el solo le queda hacer luto y alabar a Dios en su tristeza. A Job le llegaron varias noticias funestas, pero no es hasta que le cuentan la muerte de sus hijos que vemos una reacción en el. Él acaba de perder a sus amados hijos y lo único que pudo hacer este hombre fué honrar a Dios, no pecar contra El.

Como reaccionaría yo en esta situación? Es mi pregunta. 
Oro a Dios para que si tengo que vivir esto, El me dé las fuerzas. Yo he probado un poco de ello con nuestra bebé, ya que hubieron tantos días que pensaba llegaré a verla y me dirán que murió. Pero no se compara con 10 hijos a los que él les había dedicado su vida. Seríamos capaces de blasfemar contra Dios por llevarse a uno o a todos nuestros hijos? Piénselo, tal vez si pierdes vienes materiales o la vida de algún empleado te entristeces pero adoras a Dios...pero tus hijos...

Dios es soberano y dueño de nuestras vidas, él nos da, él nos quita. Dice la palabra que los hijos son herencia de Dios, y son como flechas para ser lanzados a la próxima generación, no estamos llamados a aferrarnos a ellos, sino más bien a instruirlos en la amonestación del Señor y la disciplina, y entregárselos a Dios mismo en agradecimiento. Debemos de disfrutarlos mientras están con nosotros y gozarnos de la bendición de tenerles, ya que no todo el que desea puede ser padre (antes de mi bebé yo perdí otro hijo) 
Un día ellos podrían morir o seguir el curso normal de la vida e irse del nido. Que haremos en ese momento? 
Nuestra misión es alabarle cualquiera que sea la situación. Se escucha cruel pero Dios es para siempre, los hijos son prestados por un poco de tiempo. Luego qué pasó toda la calamidad Dios le da nuevos hijos a Job, se olvidaría el de los primeros? Creo que no, Job recordaría a sus hijos, lloraría en ocasiones y tal vez llegarían momentos de mucha tristeza, pero si recibiría consolación en la alegría de los nuevos también. 
Dios nos ayude en la labor de padres 

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