jueves, 21 de febrero de 2013

La joven cristiana y los chicos





La Joven Creyente y el trato con los chicos
Luego de recibir a Cristo, pasamos a formar parte de una gran familia y comenzamos a establecer relaciones muy estrechas con personas que de extraños pasan a ser nuestros hermanos, hermanas, padres y madres o hasta hijos. Se crea un vínculo de amor, el cual tiene como base a Cristo. Dios nuestro Padre desea que esas relaciones sean una bendición para nuestras vidas y que sirvan para nuestro crecimiento espiritual, por tal motivo la palabra de Dios nos insta a: 

·        Amarnos unos a otros (Juan 13.34-35)
·        Sed afectuosos unos con otros, mostrarnos amor fraternal (Romanos 12.10)
·        Saludaos los unos a los otros (Romanos 16.3-16)
·        Recordar que somos miembros los unos de los otros (Romanos 12.1-5)
·        Preocuparnos los unos por los otros (1 Corintios 12.14-31)
·        Recibirnos los unos a los otros (Romanos 15.7)
·        Servirnos los unos a los otros (Galatas 5.13)
·        Amonestarnos los unos a los otros (Romanos 15.14)
·        Considerarnos los unos a los otros (Hebreos 10.24-25)
·        Alentarnos los unos a los otros (Galatas 6.1-5)
·        Soportarnos los unos a los otros en amor (Efesios 4.2)
·        Someternos los unos a los otros (Efesios 5.21/1 Pedro 5.5)
·        Confesar vuestras ofensas unos a otros (Santiago 5.16)

Cada una de estas cosas debemos de practicarlas con cada uno de nuestros hermanos en la fe, para cuidar y proteger la unidad del cuerpo y tratando de no hacer nada que afecte a la misma, dañando al hermano. Como jovencitas debemos de tratar de practicar el amor, expresado en las diversas formas antes mencionadas. Podríamos hablar más a fondo del trato de nosotras las más jóvenes hacia cada segmento del cuerpo: mujeres adultas, pastores, niños, hombres casados, jóvenes solteros, etc…, pero en este estudio en particular hablaremos un poco del trato con los muchachos, nuestros hermanos, amigos, compañeros de la iglesia.
 Entonces, ¿Cómo debería ser mi trato con los muchachos?
Analicemos el siguiente texto:

1Ti 5:1   No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos;
1Ti 5:2  a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza.

En nuestras Biblias encontraremos esta porción, bajo un titulo como: Deberes hacia los demás, o algo parecido, pues allí Pablo le indica a Timoteo que debe tratar a cada persona de forma natural, como parte de su propia familia. Le dice que a las personas mayores debemos tratarlas con afecto y respeto, como nuestros padres y madres, entonces para los de nuestra misma edad o generación debemos tratarnos con fraternidad, como hermanos.

Nuestra relación con los chicos debe ser de hermanos con los cuales tenemos libertad de expresión, compañerismo, nos entendemos, tenemos el mismo lenguaje, sabemos en nuestra mayoría las mismas cosas y estamos empapados de lo que sucede en el mundo actual, tenemos mucha energía y nos encanta hablar y compartir.

 Esta es la relación que debe de haber, donde los muchachos ven a las chicas como a hermanas con toda pureza, sin lujuria, ni malicia, mas bien el deseo es cuidarlas, protegerlas y estar ahí para nosotras. Los varones deben de ser nuestros guardas. Los árabes tienen una frase para aquellos verdaderos hermanos, le llaman el hermano de las chicas, por la relación pura que este es capaz de llevar con las mismas, sin dobles intensiones, procurando nuestro crecimiento espiritual.

Chicas un joven, verdadero hijo de Dios nos verá:

-Como sus hermanas

-Hijas de su Padre, por las cuales dará cuenta a Dios

-Procurará cuidarnos en todas las áreas de nuestro ser: física (contacto físico inadecuado), emocional (no comprometiendo nuestro corazón fuera del tiempo), espiritual (velando por la relación nuestra con Dios, estimulándonos e interesándose en nuestra vida y comunión con Dios, siendo guía espiritual, enseñándonos, etc…)

-Velará y protegerá nuestro testimonio.
Un buen chico cristiano es aquel que nos cuida y nos conduce a ser mejores creyentes, a obedecer a nuestros padres, a apartar de nosotras a muchachos que desean hacernos daño, nos presta su fuerza y servicio de forma cordial.

Luego de aclarar algunas cosas, continuamos con nuestra pregunta: ¿Cómo trato a los muchachos o varones en general?, pues siendo estos nuestros hermanos también, por el parentesco espiritual y relación de Fe en Cristo, con la misma regla “con toda pureza”

¿Qué es la pureza?

Es estar limpio, no mezclado, nada turbio o con manchas. Se puede traducir también como casto y guarda toda relación con el concepto de Santidad, es tener una vida recta y justa, sin suciedades o cosas que empañen nuestra relación con Dios. La pureza es necesaria en toda relación, así como Dios es puro, El demanda que sus hijos lo sean. 1Jn 3:2  Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
1Jn 3:3  Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Pureza la encontramos como Un estilo de vida que huye de toda oportunidad que pueda ser comprometedora. En nosotras debe haber una determinada persistencia de ir tras lo recto y justo. 2Ti 2:22  Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. La pureza no es algo que se manifiesta solo en nuestro interior, sino que comienza en el interior como todo, en el corazón, Mat 5:8  Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Dios demanda pureza, y esta debe estar presente en nuestras relaciones con nuestros hermanos.

Si deseamos buscar la pureza debemos enfocarnos en Dios y así como El es puro nosotros imitarle. Si queremos vivir una vida de pureza debemos de cultivarla primero en nuestros corazones y luego actuar a favor de ella. Debemos de escoger cada día y hacer decisiones en pro a la pureza.

La pureza incluye todo nuestro ser además del corazón: pensamientos y mente Flp 4:8  Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad, palabras y conversaciones , vestimenta 1Ti 2:9  Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; etc… entonces nuestro trato con nuestros hermanos en la Fe debe incluir la pureza como elemento vital.

Así como los varones tienen la responsabilidad de cuidar nuestros corazones y emociones, nosotros debemos de protegerlos en la ardua lucha que llevan cada día. Ellos desean vivir en pureza, no pecar, alejar sus mentes de la lujuria, pero a veces o en casi todos los casos nosotras no les ayudamos. Chicas debemos entender algo, chicas y chicos son diferentes (claro hay acepciones a la regla), mientras nosotras luchamos con nuestras emociones, sentimientos y espíritu; ellos luchan con su deseo sexual y la parte física. Ellos caen por lo que ven, por lo que pueden tocar y ver.

¿Cómo te estás mostrando?
¿Qué le estas ofreciendo?
¿Los estas cuidando?

Vamos a ver algunas cosas que podrían comprometer la pureza de nuestros hermanos, a las cuales nosotras debemos atender. Ya que tenemos un compromiso delante de Dios de no ser de tropiezo a nuestros hermanos.
Rom 14:13  Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.

·         Palabras y conversaciones inadecuadas

Ecl 10:12  Las palabras del sabio son placenteras, pero los labios del necio son su ruina;
Ecl 10:13  sus primeras palabras son necedades, y las últimas son terribles sandeces.

Debemos de tener mucho cuidado y elegir muy bien el lenguaje a utilizar con los chicos, nuestras palabras podrían comenzar una cadena que lleve a nuestros hermanos y a nosotras a la ruina: ¿Qué revelan mis palabras al sexo opuesto sobre mi persona (mente, corazón, carácter)? ¿Cómo me dirijo a los muchachos? ¿Con palabras seductoras?

 Efe 5:3  Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios.
Efe 5:4  Tampoco debe haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes groseros, todo lo cual está fuera de lugar; haya más bien acción de gracias. (NVI)
Debemos de ponerle freno a nuestras palabras, a lo que les decimos a los muchachos, los relajos que utilizamos, los chistes de los cuales nos reímos, los cumplidos o piropos que les hacemos.

Pro 22:11  El que ama la limpieza de corazón,
 Por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey.
Si tu corazón es puro, entonces tus palabras lo serán y podrás tener conversaciones sanas. Las chicas no deben conversar con un chico de la misma manera que lo hace con una chica, debemos poner límites sobre las cosas que decimos y como las decimos, de no estar con nuestras palabras insinuándonos y poniendo tropiezo a nuestros hermanos.
Las palabras que hablamos deben ser útiles para ambos, de beneficio y bien a nuestra vida. Si percibimos que con cierto chico nuestras conversaciones se van otro plano, entonces debemos de meditar y cambiar el tono de nuestras conversaciones. Hay muchos asuntos que jamás deberían de tratarse con un chico, por más amigos que digan ser.
¿Podríamos poner algunos ejemplos?

-Un cumplido por una prenda de ropa: ¡Que linda camisa! Vs. Qué bueno te ves con esa camisa.

Además de cómo hablamos y lo que decimos, existe otro elemento, muy importante, que es nuestra vestimenta…

·         Mi Vestimenta, cuando nos ataviamos para coquetear

Hemos escuchado hablar mucho sobre la vestimenta, pero aun así creo que nunca terminamos de entender, aplicar y aprender, ya que a menudo cometemos errores al elegir la pieza que llevaremos. ¿Es mi ropa demasiado sugestiva o incita a los muchachos en lo sexual? ¿Es el propósito mío al vestirme llamar su atención? 1Ti 2:9  Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
1Ti 2:10  sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.

A Dios le interesa nuestra vestimenta ya que es el reflejo del corazón y de nuestro carácter, nos manda a que nuestra vestimenta exprese pudor, modestia, decoro, humildad.
El mundo nos ha vendido que mientras mas mostremos, mejor. Que la regla es la desnudez, pero Dios y la Biblia enseñan todo lo contrario, nuestra vestimenta debe ser decente, honorable, digan de una hija de Dios. Apropiada para nosotras, que incite a malos pensamientos a actitudes negativas.
“Como vistamos así mismo nos van a tratar”, de la manera que vistamos, así será la aproximación de los chicos a nosotras. Si nuestra vestimenta es pura, lo más seguro es que lo piensen dos veces antes de aproximarse con comentarios indecentes o miradas lascivas. Aun con aquellos que son nuestros hermanos, con los que tratamos cada día, ¿Podríamos estarlos llevando a desnudarnos con la mirada o llevar su mente a fantasías inadecuadas?

-La ropa muy ajustada, acentuando la desnudez
-Los escotes, en general, ya que hay algunos que tal vez pasen como inadvertidos pero son inadecuados, porque comienzan y le dicen a los chicos que deseen ver que más hay.
-Las faldas o pantalones muy cortos.

No debemos de vestir ropas que estén diseñadas para atraer la atención hacia nuestros cuerpos.

Vestirse con pudor significa usar ropa que no suscita pensamientos, ni acciones que promuevan la sensualidad. Debemos de vestir femenino, pero no provocativo, esa es la diferencia.
Cuando nos vestimos enviamos un mensaje. ¿Qué mensaje estas enviando tu? ¿Dice que eres una hija de Dios, imitadora de Cristo.

·         Toques inadecuados y contacto físico
Fácilmente nuestras acciones pueden despertar la lujuria o impureza en un chico, entonces debemos cuidarnos del contacto físico o esos toques inadecuados con los muchachos.

Todos los seres humanos tenemos necesidad de contacto físico, que nos toquen y nosotros tocar a los demás, los psicólogos afirman que desde la niñez es importante recibir abrazos, besos o toques de nuestros padres o seres queridos. Pero el problema que estamos tratando no este, sino el contacto físico que una chica pueda tener con un muchacho que incite a ambos a pecar. La biblia no prohíbe las expresiones de cariño o afecto entre los hermanos de la iglesia, sino que las promueve. En los siguientes pasajes Rom 16.16, 1Cor 16.20, 2 Cor 13.12, 1 Ts. 5.26, 1 Pe. 5.14, encontramos que se nos manda a saludarnos con ósculo santo (beso santo), ósea nuestras muestras de afecto deben de estar reguladas por la santidad y la pureza.

Con los muchachos, debemos de evitar todo tipo de toques que puedan proveer para los deseos de la carne. Rom 13:14  sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. No  debemos dar a nuestros deseos ninguna oportunidad de llevarnos a pecar. Hay que evitar  las situaciones que abran la puerta a satisfacer deseos pecaminosos.
No proveáis: «no andéis premeditando planes para satisfacer»

¿Qué cosas desea la carne?

Existen varias listas en la que podemos encontrar las obras de la carne, los deseos de la carne, entre otros términos. Allí aparecen los pecados con los que nuestra carne se deleitaría.

Rom 13:12  La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
Rom 13:13  Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia,

Gál 5:19  Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
Gál 5:20  idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
Gál 5:21  envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Podemos en este momento poner especial atención a palabras tales como: lujuria, lascivia, adulterio, fornicación, inmundicia. No debemos de proveer ocasiones para darle cabida a estos pecados, a veces  una simple caricia (como la definiríamos nosotras), puede ser el comienzo de un acto pecaminoso.

La Biblia es muy clara – las muestras físicas de amor entre un hombre y una mujer son correctas solamente en el contexto del matrimonio.  Fuera del matrimonio no hay lugar para muestras físicas de amor.  

El otro problema del afecto físico es que Dios nos ha diseñado con el deseo de placer físico.  El placer físico resulta en la unión sexual entre un hombre y una mujer.  En una relación matrimonial un abrazo lleva a un beso, y esto lleva a una caricia, etc…  El fin es el deleite entre varón y mujer.  
Que el contacto físico que vayamos a tener con nuestros hermanos sea puro, evitemos aquellas cosas que sabemos que podrían llevarlos a otro plano.
·         Los abrazos, sobretodo de frente.
·         Sentarnos en sus piernas.
·         Los besos pronunciados y de larga duración, aun sean en la mejilla.
·         Las caricias.
·         Que ellos nos carguen.
Entre otras cosas…para cuidarnos mutuamente y ser de bendición unos a los otros.

Conclusiones:

El propósito de este estudio es ver cómo debe ser nuestro trato hacia el sexo opuesto, pudiéramos verlo desde una perspectiva correcta, la bíblica. Vimos que el trato debe de ser con toda pureza, evitando llevar a pecar a nuestros hermanos y cuidando su relación con Dios, su santidad y pureza.
Vamos a evitar toda acción que no sea pura, que no los estimule a las buenas obras, poniendo énfasis en evaluar nuestras palabras o conversaciones, vestimenta y el contacto físico que mantenemos con los mismos.

Recuerden que el propósito es que Dios pueda ser glorificado en nuestras relaciones con los demás.

 Pregúntate: ¿Qué cambios debo hacer en mí? Y comienza desde hoy…
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Lascivia: propensión a los malos deseos carnales, deseo sexual sin control, mirar al prójimo de manera morbosa con intensiones sexuales. Apetito inmoderado de algo, descontrol.

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