jueves, 27 de junio de 2013

Mi Devocional



Mi devocional
Fecha: jueves 27 de junio de 2013
Pasaje: Salmos 55
Promesa: Jehová mi salvará (vs. 16)

       El salmista se hallaba en angustia, desesperación, estaba sintiendo persecución, hipocresía y traición de gente amada, maldad, terror de muerte, inseguridad, no estaba en paz. En su situación, el se dirigió a Dios, el no busco otra fuente, otro lugar, sino que se concentró en presentarle su causa a Dios. Esto lo vemos desde el versículo 1, el le pide a Dios que le escuche y que le responda. El no estaba solo haciendo una petición pasiva, más bien estaba clamando con vehemencia e insistentemente.

        El entendió lo que a mí me cuesta a veces, es que si alguien le podía socorrer ese era Dios. Vs 16 Psa 55:16  En cuanto a mí, a Dios clamaré;  Y Jehová me salvará. El dice que su opción es clamar a Dios y el confiaba que Dios le salvaría. Pero eso no era que él le iba hablar una vez y ya, sino que el Salmista se compromete a orar sin cesar, menciona que oraría en la tarde, la mañana y el medio día. El oraría constantemente, esa era su promesa. Nosotras en cambio, oramos una sola vez y nos cansamos y desesperamos porque Dios no ha cumplido nuestra orden, como si Él fuera el genio de nuestra lámpara, pero no.

       Esa oración constante me habla de un apego y amor a Dios, de una comunión fuerte con él. Entonces, de ahí viene la seguridad que el tenia (vs. 17-19)
Dios:
-Oiría su voz
-Redimiría su paz (se le devolvería)
-Castigaría a sus enemigos
El confiaba plenamente en Dios, esto lo llevó aconsejarnos algo en el vs. 22 Psa 55:22  Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;  No dejará para siempre caído al justo.   Que las cosas que nos turben las depositemos en Dios, y Dios mismo nos sustentará, cuando hacemos esto, estamos reconociendo el poder, la soberanía de Dios y nuestra dependencia de Él, aquí no cabe el orgullo, hay que humillarse y depender de Él, porque no dejará para siempre caído al justo. El permite la aflicción por un poco de tiempo con un buen propósito, que redundará en un carácter más parecido a Cristo.

Así que cuando lleguen las aflicciones tu y yo debemos aferrarnos y agarrarnos de Dios, sabes muchas veces no lo hacemos, porque estamos débiles en nuestra fe, pues no tenemos una saludable comunión con Dios. Nuestra vida cristiana es pobre, no oramos, no leemos la palabra, no meditamos en Dios.
Yo prometo:
·         Tener mi devocional todos los días, para orar, leer, dar gracias a Dios, adorarle.
·         Cuando hallan momentos difíciles, antes de hacer otra cosa, orar a Dios y estar en paz.
·         Esperar su respuesta, confiar en El.
El salmista termina con una frase: vs. 23

“Pero yo en Ti (Dios) confiaré”
Que ese sea nuestro grito de guerra…


Elaine Severino Roberts