miércoles, 27 de febrero de 2013

Día 8



   Sal 119:8  Tus estatutos guardaré;
     No me dejes enteramente.

Normalmente nuestros padres nos aconsejan, mandan o dirigen. Desde pequeñas hemos crecido con ellos guiándonos y mostrándonos como hacer las cosas, dándonos instrucciones. Al obedecer, obtenemos beneficios que van desde regalos, halagos o promesas cumplidas, pero cuando desobedecemos recibimos regaños, amonestaciones y castigos, que vienen acompañados de un gran sermón donde nos explican lo que debimos hacer y llaman nuestra conciencia a decir “me lo dijeron, ¿Por qué no me lleve de ellos?”, luego de saber que es mejor siempre obedecerlos hacemos una promesa de siempre cumplir con lo que nos dicen. Así mismo al terminar esta porción del Salmo 119 que va desde el verso 1 hasta el 8, terminamos diciendo “tus leyes voy a cumplir”, ese será mi desafío, mi propósito, mi resolucion.

 Pero ¿sabes qué? Esto aunque ya hayas trazado planes, estrategias, hasta pegaste varios versos en tu habitación o en la puerta de la nevera o pusiste alarmas en tu celular, no lo lograras sino dependes del Dios mismo que ha dado su palabra para guiarte y cumplirla a cabalidad. Nuestros padres nos aconsejan, pero también están ahí en el proceso acompañándonos, es lo ideal, así mismo Dios como nuestro Padre supremo al darnos su palabra para ponerla por obra no nos deja solas, sino que nos anima, fortalece y sustenta en este proceso, si le dejamos. 

Hemos decido atesorar, mantener un interés vivo en su palabra, pues pidamos su ayuda. Con su apoyo podremos obedecerle a El mismo… ¿Qué formula mas extraña no?, pero es así. Debemos ser conscientes de nuestra debilidad y depender de Dios. A veces le hemos hecho promesas al Señor como esta de serle fiel, de guardar su palabra, pero conforme pasa un poco de tiempo nos damos cuenta de que no hemos cumplido con nuestro compromiso… ¿Por qué?, te digo que lo mas probable es que no le hayas presentado esta buena intención a Dios cada día en oración pidiendo que no te deje sola en este plan, Dios desea ayudarte, pero debes primero reconocer que sin El no puedes. El salmista aquí hizo una promesa y sabia que para poder cumplirla debía depender de Dios ¿Por qué no haces la misma promesa y confías a Dios el cumplimiento de la misma en tu vida? 

Bendiciones!

Eli

Dia 7



     Sal 119:7  Te alabaré con rectitud de corazón
 Cuando aprendiere tus justos juicios.

Continuando con los múltiples beneficios que obtenemos de vivir conforme a la palabra de Dios, encontramos este verso, “solo podemos alabar a Dios con pureza cuando aprendamos su palabra y seamos obedientes a la misma. Muchas de nosotras pretendemos alabar a Dios a través del canto, la dramatización, la enseñanza o con nuestras palabras, pero es imposible que esta alabanza llegue a Dios si nuestro corazón está lejos de Él, de su palabra. No podemos alabar a quien no conocemos, de quien no estamos maravilladas, a quien no amamos o tememos. Entonces me dirás pero…yo amo a Dios, yo le adoro cada domingo en la mañana… y yo te preguntaría… ¿Cuándo fue la última vez que oraste, leíste la biblia o la estudiaste? ¿Cuánto tiempo diario estas apartando para estar en comunión con Dios y su palabra? 

Alabar a Dios es ofrecernos a Dios, la palabra que se utiliza en el original denota una mano abierta dando algo al Señor, ¿Qué debemos de dar? Pues gloria y honra a Dios. Para poder alabarle correctamente debemos primero aprender los justos juicios de Dios, la biblia y su influencia en nosotros hará que le alabemos de forma espontanea y genuina…Jeff Adams escribió: “La ausencia de alabanza es una confesión de una vida que no está afinada con la Palabra de Dios”, esto nos dice que solo de un corazón consagrado a la palabra de Dios brotara la alabanza que agradara a Dios. El salmista deseaba alabar a Dios con rectitud de corazón, rectitud es trazar una línea recta por la que debemos andar o vivir y esta línea es la palabra de Dios quien la dirige. Nuestra adoración se obstaculiza cuando en desobediencia nos desviamos de esa línea. 

Debemos aprender los justos juicios de Dios para alabarle correctamente…hazte una pregunta ¿Quiero vivir una vida correcta de adoración a Dios? Si tu respuesta es sí, hazte esta segunda pregunta… ¿Estoy yo dedicando tiempo a conocer la palabra de Dios y poniéndola por obra? Y para aquellas que se glorían de ser estudiosas de la palabra… ¿Cuál es tu propósito al hacerlo? El salmista deseaba alabar a Dios, darle gloria, honra a Él, para eso quería aprender la palabra de Dios… ¿es ese tu propósito al estudiar las escrituras? Tenemos un desafío importante ¿estás dispuesta a tomarlo? 

Bendiciones!

Eli

martes, 26 de febrero de 2013

Mi carrera para la Gloria de Dios




Cada día desde que despertamos debemos tomar decisiones, nos preguntamos cosas sencillas como: ¿Qué voy a desayunar? ¿Qué ropa vestiré? ¿Rojo o azul?, pero hay otras decisiones un poco más difíciles, tales como: ¿Quiénes serán mis amigas? ¿Con que muchacho voy a salir? ¿Qué lugares visitare? Y una no menos importante ¿Qué carrera voy a estudiar? 

En la edad en la que nos encontramos, cada decisión es crucial. Las decisiones que tomaremos afectaran de manera positiva o negativa todo el resto de nuestra existencia. No hay decisión pequeña en este tiempo, cada elección traerá sus frutos o consecuencias y estas consecuencias no solo nos afectan a nosotros, sino también a todo el que nos rodea o depende de nosotros. Nunca pensemos que al decidir algo, esto se quedara ahí, pensemos pues que transcenderá hasta nuestras futuras generaciones. El matrimonio que tendremos, en que invertiremos nuestro tiempo, quienes serán mis modelos a seguir, estas y todas mis decisiones surgirán de los valores que poseo como joven creyente, de mis principios y convicciones basados en las escrituras. 

Debemos preguntarnos ¿Qué dice la palabra de Dios sobre este asunto en cuestión? Antes de tomar cada decisión. No tomemos decisiones a la ligera.
No podemos decidir por:
-Lo que dice el mundo, el sistema
-Lo que dicen los que me rodean
-Lo que dicen las estadísticas
-Los padres no creyentes o que no están bien espiritualmente
-Lo que yo quiero
No podemos dejarnos presionar por otros, sino que Dios debe ser el punto de partida para cada decisión. 

Mat 6:33  Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
La decisión que trataremos en el día de hoy es… ¿Qué carrera voy a estudiar?
Pero, no puedes decidir esto con sabiduría, sino has tomado la mayor y más importante decisión de toda la vida, que es:
·         Poner a Dios en primer lugar, buscar a Dios. Que él sea el todo en nuestra vida, que sea nuestro universo, como dice Jesús Adrian Romero.

Quizás pensaran que este punto esta demás, porque somos creyentes dirás, pero no es así. Lo más común es ver como jóvenes creyentes piden a Dios para estudiar cierta carrera y prometen servir a Dios con ella, pero pronto la cantidad de materias que cursamos, las múltiples tareas y prácticas, nos van robando la vida cristiana, nuestra comunión con Dios se traduce a una oración diaria de 5 minutos, pues me levante tarde y tengo clases, no puedo ir a mi grupo de oración porque tengo que estudiar, y así sucesivamente. Pero ¿Qué decir de cuando terminamos? ¿Servir a Dios? ¿Trabajar en un ministerio? Es cierto que no todo creyente debe dedicar su carrera por entero en un ministerio de la iglesia, pero si todos somos llamados a glorificar a Dios con ella, siendo excelentes en lo que hacemos, responsables. Pero también ayudando a las personas con lo que Dios permitió que yo estudiara.

 Lo que es mas común, es que luego de que terminamos nuestra carrera, el enfoque es sacarle dinero pues gastamos mucho mientras estudiamos, deseamos un auto, luego una casa, nuestro propio negocio…y tantas cosas que se nos olvida que era para glorificar a Dios. Con esto no te digo que no puedas hacer y desear todas estas cosas, si pero teniendo a Dios en el primer lugar.

El enfoque del mundo es este, con las carreras universitarias:
Importa ganar dinero
Importa amontonar dinero
Importa tener imagen
Importa ganar prestigio

Comenzamos a perder pasión por las cosas de Dios, las cuestiones espirituales pasan a un segundo o tercer plano. Debemos confiar en Dios y darle el primer lugar. Cuando ponemos a Dios como número uno, Dios añadirá lo que nos haga falta. La carrera que estudiaras debe ser un medio para honrar a Dios, no el centro de tu vida.
 
Leamos algunos textos que nos motiven en este punto tan importante:
·         Sal 16:5  Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte.
·         Sal 119:57  Mi porción es Jehová; He dicho que guardaré tus palabras.
·         Sal 142:5  Clamé a ti, oh Jehová;  Dije: Tú eres mi esperanza,  Y mi porción en la tierra de los vivientes.

Estos salmos expresan como para quien lo escribe Dios era lo primero, lo mas importante. Hay que poner las cosas en orden, y en ese orden hay que poner a Dios en el primer lugar.
Sobre esta decisión de ¿Qué carrera voy a elegir? (se que algunas ya eligieron, pero pueden cambiar sus mentes, su forma de ver las cosas de ahora en adelante)

Ora pidiendo a Dios por sabiduría 

La sabiduría es importante, debemos buscarla y desearla:
Pro 16:16  Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado;  Y adquirir inteligencia vale más que la plata.

¿Pero cómo podemos hallarla? 

·         La sabiduría la adquirimos pidiéndosela a Dios, hasta Salomón entendía la importancia de esta para los asuntos de la vida (2 Crónica 1.10)
Stg 1:5  Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

·         La hallamos en los consejos de creyentes maduros y nuestros padres:
Pro 13:10  Ciertamente la soberbia concebirá contienda; Mas con los avisados está la sabiduría.
El v. 10 describe dos actitudes que atraen otras dos actitudes. En primer lugar, la soberbia o presunción atrae la contienda. En segundo lugar, los que aceptan un consejo encuentran la sabiduría o prudencia.

·         Dedicando tiempo a leer la biblia y escudriñarla.
Pro 1:2  Para entender sabiduría y doctrina,  Para conocer razones prudentes,…
Si no inviertes tiempo estudiando la palabra de Dios, meditando en ella y cumpliéndola adquirirás la sabiduría no solo para saber cual carrera escoger, sino también para tener convicciones para enfrentar lo que vendrá una vez estés dentro. 

Tu carrera debe ser:

Para la glorificar a Dios
1Co 10:31  Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
Dios debe ser exaltado a través de lo que hagas de cada cosa.
Pregúntate: ¿Glorifica a Dios esto que pienso estudiar?

De beneficio y aporta a tu vida espiritual
1Co 10:23  Todo me es lícito, pero no todo conviene;(O) todo me es lícito, pero no todo edifica.
La carrera que escojas no debe ser algo que te aleje de Dios, sino algo que puedas utilizar como un medio para honrarlo. Hay carreras que no son para todo creyente. No toda ocupación conviene.

De bendición a otros, o es de tropiezo
1Co 10:24  Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.
1Co 10:32  No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios;
Con lo que hallas o vallas a elegir debes buscar ser de beneficio a tu familia, iglesia, comunidad y el mundo. No debemos simplemente pensar en nosotras mismas sin importar lo que los demás tengan que decir.

Estas son solo pautas o consejos sobre que elegir, tal vez ya algunas ya han escogido una carrera y pensaran que es tarde, pero no es así.  Yo pienso que si tienes fuertes principios cristianos puedes ejercer cualquier carrera de forma honorable como hija de Dios, solo debes de tener siempre clara tu posición y a quien es que sirves, recuerda la decisión de Josué

Josué 24:15  Y si mal os parece servir a Jehová,  escogeos hoy a quién sirváis;  si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres,  cuando estuvieron al otro lado del río,  o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis;  pero yo y mi casa serviremos a Jehová.  

Bendiciones!
Eli

lunes, 25 de febrero de 2013

Dia 6




      Sal 119:6  Entonces no sería yo avergonzado,
      Cuando atendiese a todos tus mandamientos.

A lo largo de mi vida he estado envuelta en diferentes situaciones de las cuales he obtenido diversas experiencias: aprobación, alegrías, risas, pero también desilusiones, vergüenzas, culpa, lágrimas y tristezas estas últimas a causa de tomar malas decisiones. Al igual que yo, pienso que tú también podrías contarme cosas semejantes por errores cometidos, pecados en los que hemos incurrido, no obedeciendo a la palabra de Dios. ¿Sabes qué? Si atendiésemos como debemos a los mandamientos de Dios no seriamos avergonzadas, la desobediencia a Dios trae malas consecuencias, trae desgracia a nuestras vidas. Solo con la palabra de Dios lograras evitar la vergüenza del pecado. Piensa: ¿Hacia qué pecados vas caminando? ¿Qué sabor han ido dejando en ti? Mentira, envidia, rebeldía a tus padres y lideres eclesiales, robo, relaciones de noviazgo sin propósito, fornicación… ¿Tus pecados te dan vergüenza? Eso se debe a que no has dejado que la palabra de Dios tome el lugar que le corresponde en tu corazón.
La palabra de Dios aquí nos está diciendo que cuando decidimos tomar en serio los dichos de Dios, estos nos dan la confianza y la firmeza requerida para andar en esta vida. Al mirar, al hacerle caso siempre a la palabra de Dios puedo asegurarte que no habrán esperanzas que terminen en desilusión, para esto debemos de dedicarnos a considerar con placer lo que ha dicho Dios en su palabra, para que nada nos mueva, sino que seamos creyentes firmes. De no atender a los mandamientos de Dios estaremos en peligro, y esto acarreará una cadena a errores que a la largo amargaran nuestra existencia, resultando en aflicciones, lágrimas, culpa, vergüenza, desilusión. ¿Qué harás? ¿Continuar sintiendo vergüenza por tus pecados o mostrar la luz que Dios ha puesto en ti? 

Bendiciones!

Eli

domingo, 24 de febrero de 2013

Día 5





     Sal 119:5  ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos
      Para guardar tus estatutos!

Al leer la palabra de Dios y estudiarla Dios ha hablado muchas veces a mi corazón sobre el compromiso y urgencia de atender y guardar los estatutos de Dios, pero a veces esto no es llevado a la acción, muchas veces buscamos planes de lectura, diarios devocionales, guías de estudios bíblicos, entre otras herramientas, pero no nos dan resultado, pero aun así es nuestro deseo, nuestro anhelo que esto sea un habito en nuestra vida.

Ayer vimos que Dios nos lo ha mandado y es nuestro querer cumplir, ¿Qué hacer? Pues te invito a exclamar igual que el salmista ¡ojala! Con esto nos está diciendo que es un fuerte deseo que dirige a Dios mismo, hablando con El de forma personal. Debemos reconocer que a pesar de que el salmista tenía una larga y profunda experiencia de caminar con Dios, siendo humilde reconoce que le falta crecimiento, el cual lo obtenemos de guardar la palabra de Dios, pero tú y yo debemos entender que por nosotras, por nuestras propias fuerzas no podremos lograrlo, sino si (Ojalá) por si acaso, por misericordia, es escuchado nuestro ruego, Dios decide prepararnos, fijarnos, establecernos para atender y retener su ley escrita. El es el único que puede ayudarnos a que la misma sea inscrita en nuestros corazones y así tendrá autoridad en nosotras. ¿Tienes ese deseo de atender y amar la palabra de Dios, pero algo te detiene? ¿Has ido a Dios buscando ayuda? ¿Por qué no hacerlo hoy? 

Bendiciones!

Eli