Para no pecar contra ti.
Me encanta una canción que entona el grupo de
alabanza en mi iglesia, no sé si sea el autor o interprete primario de la
misma, pero la he escuchado en labios de Danny Berios. Esta canción tiene como
parte de su primera estrofa este versículo, sé que la mayoría que lea este
escrito dirá, me sé este verso, y que
bueno porque de eso mismo se trata, de memorizar la palabra de Dios, para que
nos sirva como un antídoto contra el pecado. Los dichos de Dios deben ser
guardados muy bien, por eso el mejor lugar no es tu memoria USB o tú disco
portable, sino tu corazón. ¿Por qué escogería Dios el corazón para conservar su
palabra? Pues el corazón al que se refiere no es al musculo. Aquí corazón es el
centro del entendimiento, la voluntad y el lugar de donde se toman las
decisiones. El corazón es el centro del asunto. El núcleo de nuestro ser, la
esencia de lo que somos. Es el lugar donde nuestra mente y voluntad, nuestras
emociones y convicciones se unen para darle forma a lo que creemos y las
elecciones que hacemos. Nuestra conducta está determinada por lo que se
encuentra en nuestro corazón.
También puede significar toda la actividad mental
y moral nuestras, incluyendo tanto sus elementos racionales como emocionales.
En otras palabras, se usa el corazón de manera figurada para denotar las
corrientes escondidas de la vida personal. Por eso, si almacenamos allí la
palabra de Dios, todas nuestras acciones, emociones, actitudes serán piadosas y
no habrá espacio para el pecado. Debemos llenar, rebosar nuestro corazón con la
Biblia, memorizar los versos y hacerlos nuestros. Por ejemplo, si ya
identificaste que tienes problemas con el chisme, inicia a memorizar algunos
versos que te puedan detener al momento de presentarse la oportunidad de
chismear, no sabes lo efectivo que podría resultar esta práctica. ¡Comienza
hoy!
Bendiciones!
Elaine Severino
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