martes, 12 de marzo de 2013

Cristo, nuestro socorro

Heb 2:16  Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.
Heb 2:17  Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
Heb 2:18  Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.

Hace un par de horas estaba en el estudio bíblico de los martes en mi iglesia, el tema que estamos tratando es: Una vida fundamentada en el evangelio, y en este día correspondía hablar sobre La Definición bíblica del evangelio, el pastor Fidel en tan solo una hora y veinte minutos, intento cubrir este tema…fue de mucha bendición escuchar sobre la obediencia de Cristo y como esto abrió la posibilidad de salvación para nosotras, en su amplio bosquejo citó un texto que captó mi atención Hebreos 2.18 uhmmm y el 4.15 también, estos versículos nos hablan de Cristo y de su humanidad. Cristo fue 100% hombre a la vez que era 100% Dios, el padeció cada cosa en su carne al igual que nosotras. ¿Por qué hablarles de esto? Pues porque muchas veces y tal vez en este momento te este pasando, estamos en una situación difícil y llegan muchos pensamientos de derrota a nuestra mente:

Yo no puedo
Es más fuerte que yo
Cualquier humano cedería a esa tentación
Nadie me entiende
Y muchas cosas más, pero al leer este texto, llega a mí como una suave brisa, una sonrisa, una luz o una voz que me recuerda que Cristo ya pasó por esto y salió victorioso. El sabe cada cosa que nos sucede, el está enterado de nuestras mas oscuras luchas, de aquel pecado que nos ata, que nos llena de culpa y de tristeza por fallarle a Dios. El es nuestro sacerdote misericordioso que ya pago por nuestros pecados, solo hay que dejar que su justicia nos revista cada día. El ya paso por situaciones de tentación, el ha experimentado lo mismo que nosotras, por eso nos pide que cuando estemos desesperadas por ayuda no vayamos a nadie mas que a Él, él sabrá cómo cuidar de nosotras, como consolarnos y fortalecernos. El desea correr a nuestra ayuda, dejemos que nos socorra.

Bendiciones!


Elaine Severino Roberts

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