Mat 26:42
Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede
pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Esta
mañana en mi lectura diaria me correspondía leer Mateo capitulo 26 completo,
este libro está siendo de mucha bendición para mi vida, porque he podido
detenerme y ver al maestro más cerca. En el contexto inmediato al versículo 42,
escrito arriba…Jesús sería entregado, el lo sabía. Ya la muerte le estaba
asechando y el dolor que él sabía que tendría que sufrir su piel lo percibía,
su alma estaba angustiada, soledad sobrevendría a su vida, sus amigos se alejarían,
su Padre se haría ausente. Llevaría sobre el culpa, pecado, soledad,
aflicciones, tristeza waooo todo esto sin quien le ayudase.
Estando en esta situación ¿Qué crees que hizo Jesús?
¿Qué harías tú? Muchas veces nos encontramos en situaciones que no se le asemeja
ni un poquito a lo que Jesús sufrió y nuestra primera reacción es la desesperación,
la perdida de la esperanza o la fe, pero Jesús nos da una lección que debemos
imitar, en medio del dolor y de la indecisión en el cumplimiento de la voluntad
del Padre, El acudió a Dios en oración. Sí, eso fue lo que hizo, no siempre
cumplir la voluntad de Dios, tomar la decisión correcta va ser fácil, tenemos
muchos enemigos que hacen que sea más pesado, está nuestra carne diciéndonos que
eso no es lo que en realidad queremos, que eso afectará nuestro confort, placer
o deseos propios, también nuestros amigos y familiares que tal vez no ven las
cosas desde la perspectiva correcta, bajo el lente de la biblia y con una cosmovisión
cristiana se oponen, critican y no nos apoyan.
Pero… ¿Qué hacer? Pues, al igual que Jesús
pedirle a Dios que nos fortalezca, que si es su voluntad no permita que debamos
pasar por esa situación, pero y es lo más importante: pedirle que se haga su
voluntad y no la nuestra. Al pedirle esto estaremos afirmando que estamos en disposición
de nuestro corazón de seguir sus pisadas, lo marcado en su palabra y sus
directrices para nuestra vida, que no nos opondremos aunque nos duela, porque
estamos convencidos de que “a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a
bien”, y esto en particular no será la acepción. Dios transformará el dolor, la
angustia, la tristeza, la frustración, las críticas de la gente, en una bendición
para tu vida y los demás.
La
voluntad de Jesús estaba amarrada a la del Padre, así la nuestra debe estar
determinada por Dios, que anhelemos cumplir su voluntad, aun está representando
la toma de una decisión que traerá a nuestra vida una turbulencia, porque
estamos seguras de que el mismo traerá la paz en el momento indicado.
Bendiciones!
Eli
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