viernes, 23 de agosto de 2013

En manos del alfarero



Psa 138:7 Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás;
Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano,
Y me salvará tu diestra.
Psa 138:8 Jehová cumplirá su propósito en mí;
Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;
No desampares la obra de tus manos.

En estos momentos tal vez estoy en medio de uno de los tiempos más difíciles de mi vida, pasando por angustia y mucha tristeza. Teniendo que tomar algunas decisiones que irán en contra de mis sentimientos, de mi propio yo. Pero al leer este salmo buscando otro versículo, me tope con los versículos 7 y 8, los cuales me han hecho pensar un poco diferente y tratar de cambiar mi actitud derrotista a una que sabe que Dios es quien está permitiendo que yo pase con eso ahora, para ayudarme a parecerme más a su hijo. 

Con esto no digo que el problema está resuelto, no, yo sé que me quedan muchas lagrimas que derramar, incertidumbre, enfrentar quizás criticas, juicios ligeros de algunos y mucho dolor, pero el salmista al final del túnel vía una luz y era la de Dios vivificándole. Qué bueno que pensara así, yo también deseo pensar y sentir eso ahora, esa seguridad, esa confianza en Dios que el experimentaba, de decir que aunque el camine en tristezas, Dios le va a dar vida, gozo, esperanza otra vez. Esa es parte de mi oración y debe ser la tuya en esa situación que estas pasando o cuando llegue el momento, que puedas pensar en Dios y en su plan.

El hace una declaración firme de que Dios va cumplir su objetivo en él y que en su misericordia seria así,  y le pide que no desampare la obra de sus manos. En realidad así me siendo y sé que te ha sucedido, como si Dios te hubiera desamparado, como si lo hubiera hecho ahora, surgen dudas, preguntas a las que no le hayas respuesta, pero yo quiero pensar y te invito a ti también hacerlo, que eso que estas sufriendo va ayudar y es parte del propósito de Dios para ti, ahora te duele, a mi me ha causado un nudo en la garganta y una opresión en mi corazón, además de muchas ilusiones rotas, pero ¿Sabes qué? Dios va usar todo eso para mí bien, lo sé, solo debo vivirlo, repetirlo cada vez que Satanás me tiente a dudar, gozarme en esa verdad y esperar en paz. 

Resulta difícil, pero no imposible y como digo yo, algún día será una anécdota para los hijos, una vivencia para poder aconsejar a alguien o algo que simplemente ayudo a pulir mi carácter, Dios es bueno todo el tiempo! Que no se nos olvide.

Bendiciones!
Eli

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