jueves, 4 de abril de 2013

Día 17



Sal 119:17  Haz bien a tu siervo; que viva,
 Y guarde tu palabra.

¿Alguna vez le has pedido algo a Dios? ¿Qué fue? ¿Cosas materiales? Probablemente eso. Pero qué tal si tú le pides algo más importante, que tenga que ver directamente con tu vida, pero tu vida espiritual. El salmista hace una petición que me gustaría que tomáramos como ejemplo, Haz bien a tu siervo; que viva, Y guarde tu palabra. Es una declaración de mucha relevancia espiritual, El entendía que guardar la palabra de Dios era un beneficio, que venía directamente de Dios. Que la inclinación de cumplir los mandamientos de Dios no podía depender solo de su deseo o el nuestro, sino que debía pedirle a Dios que le confiriera este beneficio.

Ya vamos por el día 17, y cada día es un desafío a tener la actitud correcta frente a la palabra de Dios. Para obedecerla, amarla, tenerla presente. Que esta pueda ser tu deseo más querido, no un iPad o el último Samsung Galaxy. Podemos ir delante de Dios en oración y solicitarle que sea El mismo que ponga el anhelo en nosotras de guardar su palabra. Pero ese acercamiento no va salir de cualquier corazón, sino de aquella que se considere y sea una sierva de Dios, ¿te consideras una sierva de Dios? Solo alguien que le interesa tanto su vida espiritual y está dispuesta a servir a Dios con todo, con sus dones, talentos, capacidades, su dinero, su tiempo y sus fuerzas. Aquella que se somete a su voluntad en humildad, podrá hacer esta petición, ¿Eres tú esa chica? ¿Guardar la palabra es importante para ti? Espero que sí, pues si no es así estas en el camino equivocado, debes arrepentirte y cambiar de decisión ya. Tu vida espiritual es valiosa para Dios, así que ten cuidado en que la estas invirtiendo.

Bendiciones!

Eli

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