jueves, 16 de julio de 2015

3 actitudes que debemos cuidar de no caer como esposas



3 actitudes que debemos cuidar de no caer como esposas

No es para nadie un secreto que nuestras actitudes rebelan nuestro carácter, nuestro corazón, de que estamos hechas y que se puede esperar de nosotras.  La actitud que mostramos  ante otros, ante situaciones  dice quienes somos en realidad o hacia donde nos dirigimos a veces. Pero lo que es más cierto es que somos nosotras quienes elegimos nuestras actitudes, el cómo vamos a responder al enfrentarnos a las circunstancias diarias por las que atravesamos. La actitud es definida como manera de estar de alguien dispuesto a comportarse u obrar. También como, postura del cuerpo que revela un estado de ánimo.

Hay actitudes buenas y malas, en el día de hoy deseo hacer mención de algunas actitudes o formas de las cuales como mujeres en proyecto de ser virtuosas debemos de cuidarnos. Debo aclarar que hay muchas más aparte de las que trataremos y las podemos hallar aun en la palabra de Dios, pero me gustaría resaltar estas.

Rencillosa, contenciosa

La contienda es pelea, riña, batalla, disputa, discusión, encuentro entre equipos. ¿Le parece esto conocido? ¿Al pensar en estas palabras piensa en su hogar,  en su familia? Las personas buscamos la paz, tenemos tendencia a la tranquilidad, pero a veces hermanas perdemos esa paz y hacemos que los que nos rodean tampoco la tengan. Tal vez tengas una casa muy confortable, con todos los bienes materiales necesarios, pero aun así no ser ese hogar dulce del que hemos hablado.

Quizás hay en ti un espíritu contencioso, donde los gritos e insultos son la solución a cada problema, como un campo de batalla, donde quien debe levantar la bandera blanca de paz muy temeroso, siempre es su esposo. ¿Es usted una mujer regañona o va en camino  a serlo? Sabe hermana esta actitud es muy negativa y aleja a su familia de usted. Además esta es una característica mencionada en proverbios de la mujer adultera (Prov.7.11), es alborotadora y rencillosa.
Si somos rencillosas terminamos alejando a nuestros esposos de nosotras, yo he escuchado de hombres que no desean llegar a la casa “porque su esposa siempre está peleando”, piensan es mejor estar lejos de ella (su pensamiento está mal lo sabemos, pero analice su  propio pecado no el de él). He aquí algunos textos que nos hablan acerca de esta mujer…

Pro 21:9  Mejor es vivir en un rincón del terrado
 Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.
Pro 21:19  Mejor es morar en tierra desierta
 Que con la mujer rencillosa e iracunda.
Pro 25:24  Mejor es estar en un rincón del terrado,
 Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.
Pro 27:15  Gotera continua en tiempo de lluvia
 Y la mujer rencillosa, son semejantes;
Pro 27:16  Pretender contenerla es como refrenar el viento,
 O sujetar el aceite en la mano derecha.
Pro 19:13  Dolor es para su padre el hijo necio,
 Y gotera continua las contiendas de la mujer.
Pro 19:14  La casa y las riquezas son herencia de los padres;
 Mas de Jehová la mujer prudente.

La compara con una gotera continua recalcando la persistencia y la molestia que causa la mujer rencillosa. Ella es tan incontrolable e indisciplinada como el viento y el aceite en la mano derecha. En contraposición con la mujer prudente que dice que es herencia de Jehová, es de un gran valor esta mujer. La familia puede entregar riquezas al hijo, pero una buena mujer viene de Dios.
Al llegar a su casa su esposo debe hallar paz, la paz es una de las manifestaciones del fruto del espíritu…¿Esta el espíritu santo gobernando su vida? Solo así podrá crecer en paz y desarrollar ese carácter afable que todas debemos buscar.

Fatuidad/ Insensatez

Job 2:9  Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.
Job 2:10  Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

La esposa de Job debe haberse sentido muy mal en esos momentos pues había perdido todo, sus hijos y bienes materiales, además de ver a su esposo  un hombre justo, gravemente enfermo. Pero, aun así no se le da licencia para pecar, Job la reprende tajantemente como vemos. Ella sentía que Dios estaba siendo injusto y habla como una mujer insensata. Probablemente el escritor al usar dicha palabra estaba sugiriendo que había hablado como hablaban las mujeres de clase baja, no religiosas, no capaces de comprender la voluntad de Dios, ni su soberanía. 

Fatua también en algunas versiones de la biblia es traducida como tonta o necia. A veces al abrir nuestros labios podríamos parecer una mujer tonta, necia, impía, sin temor de Dios, irreverente. Por lo que sale de nuestra boca. Tu esposo tal vez esta en medio de una situación difícil y en vez de tu ser ese sostén espiritual que el necesita, haces todo lo contrario. Nosotras estamos llamadas a ser su complemento, no solo en los buenos momentos, sino en todo momento. ¿Perdió su empleo? ¿Le fue mal en un negocio? ¿Está sintiendo la carga del ministerio?...la vida se ha tornado dura para él y por ende para ti, te animo a ser un  oasis en medio del desierto, esa tierra de paz en medio de la guerra. Ten una palabra de  aliento, de ánimo para él. 

Pero para esto debes adquirir sabiduría, conocer a Dios y su palabra, temerle. Solo así podrás brindar el apoyo necesario.

Mala, carcoma

Pro 12:4  La mujer virtuosa es corona de su marido;
 Mas la mala, como carcoma en sus huesos.

Yo sé que si hiciéramos una encuesta entre algunos esposos sobre sus esposas, muchos las clasificarían como muy buenas, pero habran otros que diran cosas no muy agradables acerca de ellas, tal vez porque se comporte como una carcoma y no como corona. Esta frase mencionada allí “virtuosa” es la misma que en proverbios 31 que usa para describir las excelencias de una mujer. Es la palabra hayil, refiriéndose a mujeres,  denota fuerza, virtudes femeninas, nobleza, gracia, prudencia, una buena mujer. Haciendo una comparación con otros textos encontramos que la mujer  virtuosa es ejemplar, valiente,  fuerte, buena, capaz. ¿Cómo no ser corona? Pero la mala mujer es carcoma, la palabra empleada significa que es como un cáncer, como caries, que corroe los huesos,  en este aspecto la vida de su marido.

Tal vez muchas de las veces ese daño que causa esta mala mujer no sea visible, pero no manera sutil va acabando con  la vida de su esposo, sus relaciones, sus principios, convicciones, sus bienes, etc…

La carcoma es un insecto, cuya larva roe la madera, es como un cuidado grave y continuo que mortifica y consume al que lo tiene, una persona que poco a poco va gastando a la otra. ¿Tu esposo se siente así con relación a ti?
La mala mujer representa un cáncer devastador para su esposo y su familia. Es una mujer que desgasta, que no suma nada, sino solo resta. Tal vez ínsitas al mal a tu esposo, eres  calumniadora, imprudente, desalentadora, mala administradora, quizás seas rebelde, respondona, irrespetuosa…recuerda que la mujer sabia edifica su casa, no la destruye. 

Al pensar en alguien que fue una carcoma, pienso en Jezabel, la mujer del rey Acab, ella no era del pueblo de Dios. Acab como rey hizo lo peor y desagradable que sus antecesores reyes. Esta mujer era la princesa de los sidonios, incitó a Acab adorar a Baal, hizo todo lo posible para llevar a su esposo hacer lo malo.

Un breve resumen sobre ella
Destruía a los profetas de Jehová, los mataba (1 Reyes 18.4, 18.13), en su mesa estaban los falsos profetas (18.19), era vengativa y estaba en contra de Jehova, procuro matar a Elias (19.2), realizó males a espaldas de  su marido, según ella para su felicidad (Acab y la viña de Nabod cap. 21), Dios le castigo con la muerte (21.22-24)
1Ki 21:25  (A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba.

Terminando…
Hemos mencionado tres aspectos de los cuales cuidarnos, pero hay muchas cosas más que podrían ser de estorbo para nosotras en nuestra relación de  esposas, hijas de Dios. Si ha caído en una de estas cosas, hoy te animo a confesar tu pecado y alejarte de él, comienza a buscar y cultivar en ti esas gracias que Dios desea para nosotras sus hijas. No todo está perdido, Cristo que es la propiciación por nuestros pecados murió también por esos pecados, aférrate a él.

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