Salmos 119:28 Se deshace mi
alma de ansiedad;
Susténtame
según tu palabra.
En esta era en la que nos tocado vivir, donde las
enfermedades emocionales han tomado un lugar prominente en el mundo, en nuestra
sociedad, escuela, familias. Donde términos como: depresión, estrés, ansiedad
don parte del vocabulario hasta de los más pequeños de la casa. Llegamos a este
texto, donde el Salmista se siente ansioso, pero no una sencilla ansiedad, sino
una que hace que sienta que su alma se deshace.
Traduciendo este texto a algo que podamos palpar mejor, esta
persona estaba llorando, experimentando un dolor agudo en su ser. Sentía que caía,
que su alma se vertía. Es cuando sientes que todo tu mundo se deriva, que ya no
tienes piso bajo tus pies y al mirar vez todo oscuro, tus metas, sueños y
planes se ven frustrados, y solo te acompaña la angustia, el dolor y la
tristeza. La ansiedad mencionada allí es como depresión, una gran pena que pesa
y duele fuertemente. ¿Qué descripción tan amplia verdad? Hermanas yo he pasado
por eso, yo lo he vivido en carne, no quisiera que nadie, nadie sufra así, pero
en el mundo tendremos aflicción aseguró nuestro Señor, pero El no lo dejó así
no mas, sino que nos mandó a algo, a confiar en El.
Y ese mismo es el antídoto para esa depresión tan aguda en el
salmista, en mí y en ti también, susténtame
según tu palabra. Sustento allí es fortaléceme, levántame, mantenme erguida según tu palabra. Es en la
palabra de Dios y es la palabra de Dios lo que puede hacer esto en nosotras. Si
hemos venido leyendo este devocional cada día, habrán visto esta misma verdad
expresada una y otra vez en diferentes versículos. Si estamos tristes hasta el
polvo hermanas, vamos a la palabra de Dios. Vayamos a él, leamos sus promesas, recobremos
fuerzas y resurjamos de allí, desde su palabra.
Sé que no es fácil, les escribe alguien que en este momento
esta orando para que esa verdad se haga realidad en su vida, alguien que el
dolor, la angustia, la duda y el temor quieren en estos momentos arroparla y
ahogarla, pero que al enfrentarse con este texto, no haya más que hacer que
pedirle a Dios que esto sea una realidad en su vida como lo fué para el
salmista. Dios y su palabra van a sustentarme si lo elijo y a ti también.
Bendiciones
Eli
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