Día 25
Psa 119:25 Abatida hasta el
polvo está mi alma;
Vivifícame
según tu palabra.
En
nuestro peregrinar por esta tierra las aflicciones siempre nos acompañaran, son
parte de nuestro diario vivir. Los momentos de angustia llegan y muchas veces
para quedarse por largo tiempo. En estos días he visto muchas personas a mi
alrededor vivir un tiempo de angustia, llega a mi mente una familia muy amada
de nuestra iglesia, el líder de diáconos y ella una de las líderes del
ministerio de mujeres y colaboradora de los diáconos, tienen tres hijos que han
sido criados en disciplina y amonestación del Señor, son personas amables y
bondadosas.
Con
todo esto han tenido que vivir situaciones terribles estos días. Comenzando porque
unos familiares suyos tuvieron un terrible accidente donde una niña de 10 años
y un señor fallecieron, luego otro sobrino de ellos también murió, toda la
familia uno por uno enfermaron de un virus que están azotando nuestro país en
estos momentos, además de todo el tuvo un pequeño accidente y ella tiene una
pierna lesionada. Todo esto sin contar la situación económica, que no es la
mejor.
En
una situación así, si desmayamos Satanás toma partido para poner pensamientos,
que generen sentimientos de angustia, dolor, tristeza, aflicción. El alma del
Salmista estaba en angustia al extremo, el estaba deprimido y esta depresión podría
venir de situaciones físicas, emocionales o espirituales. Este abatimiento de
alma que sufría el salmista no nos es desconocido, yo lo he vivido y sé que
muchas de ustedes también.
Son lapsos que llegan a nuestra vida que
parecen no querer irse hasta deshacer nuestra alma, hasta acabar con nosotras. Se
enfermo tu hijo, a tu marido lo despiden del trabajo, tu mama muere, una cosa
tras otra, pero recordemos hermanas que no estamos solas. En vez de
desesperarnos o buscar soluciones a nuestro estado fuera de Dios, ¿Por qué no
ir a su palabra? Allí encontraras todo lo necesario para revivir, para
resurgir, no importando el ámbito, la palabra de Dios es suficiente para
devolverte a la vida:
·
Para renovar tus
fuerzas
·
Guiarte a confiar
en Dios
·
Sustentar tu alma
·
Traer nueva vez la alegría
·
Darte esperanza
·
Recordarte las
promesas de Dios
Asi
que, cuando nos hallemos en diversas pruebas, angustias, aflicciones, el mejor antídoto
será buscar a Dios en su palabra y dejar que ella actúe en nosotras.
Bendiciones
Eli
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