En el día de ayer me dispuse a ir a la tienda a
comprar algunos alimentos, pero como es normal me detuve en el pasillo de los
artículos de decoración de hogar, cristalería, caballeros, zapatos y las
carteras…en especial llamó mi atención una cartera, me gustó mucho.
Al hacer algunos cálculos deduje que sería un
gasto que no podíamos hacer, vino la
tristeza por no tener el dinero para comprar aquello que mis ojos y mi carne
deseaban, me fuí de la tienda pensando en ello.
Esta mañana al tener mi tiempo de lectura y
oración, el Espíritu Santo trajo a mi mente este suceso y medite en cómo me
había sentido en ese momento, llegando a la conclusión de que no era correcto
entristecerse por no poder poseer un bien material.
Inmediatamente busqué me biblía y leí en 1 Timoteo
capítulo 6. Fue como una ducha de agua helada, trajo a mi mente lo mismo que he
estado estudiando por meses “el contentamiento cristiano”. He aprendido mucho
sobre el verdadero contentamiento, ese espíritu quieto, feliz y en paz con Dios
sin importar las circunstancias, estar satisfecho con lo Dios nos ha provisto.
Yo tengo todo lo que necesito y mas. Pablo a través de Timoteo nos enseña
algunas cosas:
-La piedad debe estar acompañada de
contentamiento.
-Cuando muramos no podremos llevarnos
nada de lo acumulado en esta tierra.
-Debemos estar contentas con lo básico.
-El amor al dinero es raíz de todos los
males.
-Nuestra vida no debe estar centrada en
ser ricas, esto nos lleva a pecar.
En vez de enfocar nuestra vida en lo
material, seamos felices en agradar a Dios, vivir piadosamente.
Hermanas amadas no seamos turbadas por
las cosas que este mundo nos está ofreciendo: ropa, zapatos, un Smartphone,
auto, casa propia, viajes…si las puedes tener disfrútalas, pero si no puedes
tenerlas, que tu ánimo no cambie, que esto no traiga pesar a tu vida.
Agradezcamos a Dios por lo que nos ha dado, somos salvas en Cristo…¿Hay mayor
riqueza que esta?
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