3 actitudes que debemos cuidar de
no caer como esposas
No es para nadie un secreto que nuestras actitudes rebelan nuestro
carácter, nuestro corazón, de que estamos hechas y que se puede esperar de
nosotras. La actitud que mostramos ante otros, ante situaciones dice quienes somos en realidad o hacia donde
nos dirigimos a veces. Pero lo que es más cierto es que somos nosotras quienes
elegimos nuestras actitudes, el cómo vamos a responder al enfrentarnos a las
circunstancias diarias por las que atravesamos. La actitud es definida como
manera de estar de alguien dispuesto a comportarse u obrar. También como,
postura del cuerpo que revela un estado de ánimo.
Hay actitudes buenas y malas, en el día de hoy deseo hacer mención de
algunas actitudes o formas de las cuales como mujeres en proyecto de ser
virtuosas debemos de cuidarnos. Debo aclarar que hay muchas más aparte de las
que trataremos y las podemos hallar aun en la palabra de Dios, pero me gustaría
resaltar estas.
Rencillosa, contenciosa
La contienda es pelea, riña, batalla, disputa, discusión, encuentro entre
equipos. ¿Le parece esto conocido? ¿Al pensar en estas palabras piensa en su
hogar, en su familia? Las personas
buscamos la paz, tenemos tendencia a la tranquilidad, pero a veces hermanas
perdemos esa paz y hacemos que los que nos rodean tampoco la tengan. Tal vez
tengas una casa muy confortable, con todos los bienes materiales necesarios,
pero aun así no ser ese hogar dulce del que hemos hablado.
Quizás hay en ti un espíritu contencioso, donde los gritos e insultos son
la solución a cada problema, como un campo de batalla, donde quien debe
levantar la bandera blanca de paz muy temeroso, siempre es su esposo. ¿Es usted
una mujer regañona o va en camino a
serlo? Sabe hermana esta actitud es muy negativa y aleja a su familia de usted.
Además esta es una característica mencionada en proverbios de la mujer adultera
(Prov.7.11), es alborotadora y rencillosa.
Si somos rencillosas terminamos alejando a nuestros esposos de nosotras, yo
he escuchado de hombres que no desean llegar a la casa “porque su esposa
siempre está peleando”, piensan es mejor estar lejos de ella (su pensamiento está
mal lo sabemos, pero analice su propio
pecado no el de él). He aquí algunos textos que nos hablan acerca de esta mujer…
Pro 21:9 Mejor es vivir en un rincón
del terrado
Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.
Pro
21:19 Mejor es
morar en tierra desierta
Que con la mujer rencillosa e iracunda.
Pro
25:24 Mejor es
estar en un rincón del terrado,
Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.
Pro
27:15 Gotera
continua en tiempo de lluvia
Y la mujer rencillosa, son semejantes;
Pro
27:16 Pretender
contenerla es como refrenar el viento,
O sujetar el aceite en la mano derecha.
Pro
19:13 Dolor es
para su padre el hijo necio,
Y gotera continua las contiendas de la mujer.
Pro
19:14 La casa y
las riquezas son herencia de los padres;
Mas de Jehová la mujer prudente.
La compara con una gotera continua recalcando la persistencia y la molestia
que causa la mujer rencillosa. Ella es tan incontrolable e indisciplinada como
el viento y el aceite en la mano derecha. En contraposición con la mujer
prudente que dice que es herencia de Jehová, es de un gran valor esta mujer. La
familia puede entregar riquezas al hijo, pero una buena mujer viene de Dios.
Al llegar a su casa su esposo debe hallar paz, la paz es una de las
manifestaciones del fruto del espíritu…¿Esta el espíritu santo gobernando su
vida? Solo así podrá crecer en paz y desarrollar ese carácter afable que todas
debemos buscar.
Fatuidad/ Insensatez
Job 2:9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu
integridad? Maldice a Dios, y muérete.
Job 2:10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de
las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal
no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
La esposa de Job debe haberse
sentido muy mal en esos momentos pues había perdido todo, sus hijos y bienes
materiales, además de ver a su esposo un
hombre justo, gravemente enfermo. Pero, aun así no se le da licencia para
pecar, Job la reprende tajantemente como vemos. Ella sentía que Dios estaba
siendo injusto y habla como una mujer insensata. Probablemente el escritor al
usar dicha palabra estaba sugiriendo que había hablado como hablaban las
mujeres de clase baja, no religiosas, no capaces de comprender la voluntad de
Dios, ni su soberanía.
Fatua también en algunas
versiones de la biblia es traducida como tonta o necia. A veces al abrir
nuestros labios podríamos parecer una mujer tonta, necia, impía, sin temor de
Dios, irreverente. Por lo que sale de nuestra boca. Tu esposo tal vez esta en
medio de una situación difícil y en vez de tu ser ese sostén espiritual que el
necesita, haces todo lo contrario. Nosotras estamos llamadas a ser su
complemento, no solo en los buenos momentos, sino en todo momento. ¿Perdió su
empleo? ¿Le fue mal en un negocio? ¿Está sintiendo la carga del
ministerio?...la vida se ha tornado dura para él y por ende para ti, te animo a
ser un oasis en medio del desierto, esa
tierra de paz en medio de la guerra. Ten una palabra de aliento, de ánimo para él.
Pero para esto debes adquirir sabiduría,
conocer a Dios y su palabra, temerle. Solo así podrás brindar el apoyo
necesario.
Mala, carcoma
Pro 12:4 La mujer virtuosa es corona de su marido;
Mas la
mala, como carcoma en sus huesos.
Yo sé que si hiciéramos una
encuesta entre algunos esposos sobre sus esposas, muchos las clasificarían como
muy buenas, pero habran otros que diran cosas no muy agradables acerca de
ellas, tal vez porque se comporte como una carcoma y no como corona. Esta frase
mencionada allí “virtuosa” es la misma que en proverbios 31 que usa para
describir las excelencias de una mujer. Es la palabra hayil, refiriéndose a
mujeres, denota fuerza, virtudes
femeninas, nobleza, gracia, prudencia, una buena mujer. Haciendo una comparación
con otros textos encontramos que la mujer
virtuosa es ejemplar, valiente,
fuerte, buena, capaz. ¿Cómo no ser corona? Pero la mala mujer es
carcoma, la palabra empleada significa que es como un cáncer, como caries, que
corroe los huesos, en este aspecto la
vida de su marido.
Tal vez muchas de las veces ese
daño que causa esta mala mujer no sea visible, pero no manera sutil va acabando
con la vida de su esposo, sus
relaciones, sus principios, convicciones, sus bienes, etc…
La carcoma es un insecto, cuya
larva roe la madera, es como un cuidado grave y continuo que mortifica y
consume al que lo tiene, una persona que poco a poco va gastando a la otra. ¿Tu
esposo se siente así con relación a ti?
La mala mujer representa un cáncer
devastador para su esposo y su familia. Es una mujer que desgasta, que no suma
nada, sino solo resta. Tal vez ínsitas al mal a tu esposo, eres calumniadora, imprudente, desalentadora, mala
administradora, quizás seas rebelde, respondona, irrespetuosa…recuerda que la
mujer sabia edifica su casa, no la destruye.
Al pensar en alguien que fue una
carcoma, pienso en Jezabel, la mujer del rey Acab, ella no era del pueblo de Dios. Acab
como rey hizo lo peor y desagradable que sus antecesores reyes. Esta mujer era
la princesa de los sidonios, incitó a Acab adorar a Baal, hizo todo lo posible
para llevar a su esposo hacer lo malo.
Un breve resumen sobre ella
Destruía a los profetas de Jehová,
los mataba (1 Reyes 18.4, 18.13), en su mesa estaban los falsos profetas (18.19),
era vengativa y estaba en contra de Jehova, procuro matar a Elias (19.2),
realizó males a espaldas de su marido, según
ella para su felicidad (Acab y la viña de Nabod cap. 21), Dios le castigo con
la muerte (21.22-24)
1Ki 21:25 (A la verdad ninguno fue como Acab, que se
vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque
Jezabel su mujer lo incitaba.
Terminando…
Hemos mencionado tres aspectos de
los cuales cuidarnos, pero hay muchas cosas más que podrían ser de estorbo para
nosotras en nuestra relación de esposas,
hijas de Dios. Si ha caído en una de estas cosas, hoy te animo a confesar tu
pecado y alejarte de él, comienza a buscar y cultivar en ti esas gracias que
Dios desea para nosotras sus hijas. No todo está perdido, Cristo que es la propiciación
por nuestros pecados murió también por esos pecados, aférrate a él.
Amen!
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