Salmos 119:24 Pues tus testimonios son mis
delicias
Y mis consejeros.
Tal vez te has preguntado ya ¿Por qué para el salmista era tan
importante el cumplir o guardar la palabra de Dios? ¿Por qué le resultaba tan fácil
pensaras tu andar en los caminos de Dios, en su voluntad? Pues, te respondo que
no es que el sea una persona diferente a ti y a mi o que él tuviera una
capacidad diferente, es solo que El tenia una percepción correcta acerca de
Dios y su palabra.
La palabra de Dios era su deseo más ferviente, era su anhelo, el lugar
hacia donde su alma se dirigía en todo momento. La palabra de Dios no le era
pesada, ni gravosa, sino todo lo contrario era un placer para el leerla,
meditar en ella, memorizarla y cumplirla. La palabra de Dios era lo que le daba
dirección a su vida. ¿Cuándo fue la última vez que acudimos a la biblia en
busca de consejo?
-¿Qué carrera voy a estudiar?
-¿Quiénes serán mis amigos?
-¿Qué hábitos voy a cultivar?
-¿En qué muchacho me voy a fijar?
El consejo más sabio que vez alguna recibiremos es la palabra de Dios,
por eso debe constituirse en nuestro deleite, en eso que apreciamos por encima
de todas las cosas. ¿Es la palabra de Dios tu delicia? O más bien te cuesta
leer la biblia.
¿Lees la palabra de Dios diariamente? ¿Cuánto tiempo le dedicas? ¿Compartes
con otros lo que aprendes en ella? Evalúate a la luz de estas preguntas y veras
como andas en tu interés en la palabra de Dios. Si resulta que no hay mucho interés
en ti por la palabra de Dios, haz lo siguiente:
-Pide a Dios constantemente en oración que cambie tu actitud frente a
su palabra, que te de amor por ella.
-Has un plan de lectura y dedica tiempo cada día a leerla, te sugiero
tengas una compañera o grupo de lectura, así será más fácil y divertido.
-Oblígate a meditar cada día aunque sea en un texto y a memorizarlo.
Veras como comienza a cambiar tu corazón. La palabra de Dios debe ser
nuestro deleite, no puede ser que anhelemos mas navegar en internet, leer
revista u otros libros o chatear que leer la biblia. Es tiempo de dejarnos
dirigir por nuestro manual en esta vida, la palabra. Te dejo un texto de un
ejemplo de alguien para el cual la palabra de Dios llego a ser su deleite:
Jer 15:16 Fueron
halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por
alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de
los ejércitos.
Bendiciones!
Eli
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