La Joven Creyente y el trato con los chicos
Luego
de recibir a Cristo, pasamos a formar parte de una gran familia y comenzamos a
establecer relaciones muy estrechas con personas que de extraños pasan a ser
nuestros hermanos, hermanas, padres y madres o hasta hijos. Se crea un vínculo
de amor, el cual tiene como base a Cristo. Dios nuestro Padre desea que esas
relaciones sean una bendición para nuestras vidas y que sirvan para nuestro
crecimiento espiritual, por tal motivo la palabra de Dios nos insta a:
·
Amarnos
unos a otros (Juan 13.34-35)
·
Sed
afectuosos unos con otros, mostrarnos amor fraternal (Romanos 12.10)
·
Saludaos
los unos a los otros (Romanos 16.3-16)
·
Recordar
que somos miembros los unos de los otros (Romanos 12.1-5)
·
Preocuparnos
los unos por los otros (1 Corintios 12.14-31)
·
Recibirnos
los unos a los otros (Romanos 15.7)
·
Servirnos
los unos a los otros (Galatas 5.13)
·
Amonestarnos
los unos a los otros (Romanos 15.14)
·
Considerarnos
los unos a los otros (Hebreos 10.24-25)
·
Alentarnos
los unos a los otros (Galatas 6.1-5)
·
Soportarnos
los unos a los otros en amor (Efesios 4.2)
·
Someternos
los unos a los otros (Efesios 5.21/1 Pedro 5.5)
·
Confesar
vuestras ofensas unos a otros (Santiago 5.16)
Cada
una de estas cosas debemos de practicarlas con cada uno de nuestros hermanos en
la fe, para cuidar y proteger la unidad del cuerpo y tratando de no hacer nada
que afecte a la misma, dañando al hermano. Como jovencitas debemos de tratar de
practicar el amor, expresado en las diversas formas antes mencionadas.
Podríamos hablar más a fondo del trato de nosotras las más jóvenes hacia cada
segmento del cuerpo: mujeres adultas, pastores, niños, hombres casados, jóvenes
solteros, etc…, pero en este estudio en particular hablaremos un poco del trato
con los muchachos, nuestros hermanos, amigos, compañeros de la iglesia.
Entonces,
¿Cómo debería ser
mi trato con los muchachos?
Analicemos
el siguiente texto:
1Ti
5:1 No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes,
como a hermanos;
1Ti
5:2 a las ancianas, como a madres; a las jovencitas,
como a hermanas, con toda pureza.
En
nuestras Biblias encontraremos esta porción, bajo un titulo como: Deberes hacia
los demás, o algo parecido, pues allí Pablo le indica a Timoteo que debe tratar
a cada persona de forma natural, como parte de su propia familia. Le dice que a
las personas mayores debemos tratarlas con afecto y respeto, como nuestros
padres y madres, entonces para los de nuestra misma edad o generación debemos
tratarnos con fraternidad, como hermanos.
Nuestra
relación con los chicos debe ser de hermanos con los cuales tenemos libertad de
expresión, compañerismo, nos entendemos, tenemos el mismo lenguaje, sabemos en
nuestra mayoría las mismas cosas y estamos empapados de lo que sucede en el
mundo actual, tenemos mucha energía y nos encanta hablar y compartir.
Esta
es la relación que debe de haber, donde los muchachos ven a las chicas como a hermanas con
toda pureza, sin lujuria, ni malicia, mas bien el deseo es cuidarlas,
protegerlas y estar ahí para nosotras. Los varones deben de ser nuestros
guardas. Los árabes tienen una frase para aquellos verdaderos hermanos, le
llaman el hermano de las chicas, por la relación pura que este es capaz de
llevar con las mismas, sin dobles intensiones, procurando nuestro crecimiento
espiritual.
Chicas un joven,
verdadero hijo de Dios nos verá:
-Como
sus hermanas
-Hijas
de su Padre, por las cuales dará cuenta a Dios
-Procurará
cuidarnos en todas las áreas de nuestro ser: física (contacto
físico inadecuado), emocional (no
comprometiendo nuestro corazón fuera del tiempo), espiritual (velando
por la relación nuestra con Dios, estimulándonos e interesándose en nuestra
vida y comunión con Dios, siendo guía espiritual, enseñándonos, etc…)
-Velará
y protegerá nuestro testimonio.
Un
buen chico cristiano es aquel que nos cuida y nos conduce a ser mejores
creyentes, a obedecer a nuestros padres, a apartar de nosotras a muchachos que
desean hacernos daño, nos presta su fuerza y servicio de forma cordial.
Luego
de aclarar algunas cosas, continuamos con nuestra pregunta: ¿Cómo trato a los
muchachos o varones en general?, pues siendo estos nuestros hermanos
también, por el parentesco espiritual y relación de Fe en Cristo, con la misma
regla “con toda pureza”
¿Qué es la pureza?
Es
estar limpio, no mezclado, nada turbio o con manchas. Se puede traducir también
como casto y guarda toda relación con el concepto de Santidad, es tener una
vida recta y justa, sin suciedades o cosas que empañen nuestra relación con
Dios. La pureza es necesaria en toda relación, así como Dios es puro, El
demanda que sus hijos lo sean. 1Jn 3:2 Amados,
ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos
tal como él es.
1Jn 3:3 Y todo
aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es
puro.
Pureza
la encontramos como Un estilo de vida que huye de toda oportunidad que pueda
ser comprometedora. En nosotras debe haber una determinada persistencia de ir
tras lo recto y justo. 2Ti 2:22 Huye
también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la
paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. La pureza no es
algo que se manifiesta solo en nuestro interior, sino que comienza en el
interior como todo, en el corazón, Mat 5:8
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Dios
demanda pureza, y esta debe estar presente en nuestras relaciones con nuestros
hermanos.
Si
deseamos buscar la pureza debemos enfocarnos en Dios y así como El es puro
nosotros imitarle. Si queremos vivir una vida de pureza debemos de cultivarla
primero en nuestros corazones y luego actuar a favor de ella. Debemos de
escoger cada día y hacer decisiones en pro a la pureza.
La
pureza incluye todo nuestro ser además del corazón: pensamientos y mente Flp 4:8 Por lo
demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo
lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna,
si algo digno de alabanza, en esto pensad, palabras y conversaciones ,
vestimenta 1Ti 2:9
Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia;
etc… entonces nuestro trato con nuestros hermanos en la Fe debe incluir la
pureza como elemento vital.
Así
como los varones tienen la responsabilidad de cuidar nuestros corazones y
emociones, nosotros debemos de protegerlos en la ardua lucha que llevan cada
día. Ellos desean vivir en pureza, no pecar, alejar sus mentes de la lujuria,
pero a veces o en casi todos los casos nosotras no les ayudamos. Chicas debemos
entender algo, chicas y chicos son diferentes (claro hay acepciones a la
regla), mientras nosotras luchamos con nuestras emociones, sentimientos y
espíritu; ellos luchan con su deseo sexual y la parte física. Ellos
caen por lo que ven, por lo que pueden tocar y ver.
¿Cómo te estás
mostrando?
¿Qué le estas
ofreciendo?
¿Los estas cuidando?
Vamos
a ver algunas cosas que podrían comprometer la pureza de nuestros hermanos, a
las cuales nosotras debemos atender. Ya que tenemos un compromiso delante de
Dios de no ser de tropiezo a nuestros hermanos.
Rom 14:13 Así
que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no
poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
·
Palabras y
conversaciones inadecuadas
Ecl 10:12 Las
palabras del sabio son placenteras, pero los labios del necio son su ruina;
Ecl 10:13 sus
primeras palabras son necedades, y las últimas son terribles sandeces.
Debemos
de tener mucho cuidado y elegir muy bien el lenguaje a utilizar con los chicos,
nuestras palabras podrían comenzar una cadena que lleve a nuestros hermanos y a
nosotras a la ruina: ¿Qué revelan mis
palabras al sexo opuesto sobre mi persona (mente, corazón, carácter)? ¿Cómo me
dirijo a los muchachos? ¿Con palabras seductoras?
Efe 5:3 Entre
ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de
impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios.
Efe 5:4
Tampoco debe haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes
groseros, todo lo cual está fuera de lugar; haya más bien acción de gracias.
(NVI)
Debemos
de ponerle freno a nuestras palabras, a lo que les decimos a los muchachos, los
relajos que utilizamos, los chistes de los cuales nos reímos, los cumplidos o
piropos que les hacemos.
Pro 22:11 El
que ama la limpieza de corazón,
Por la gracia
de sus labios tendrá la amistad del rey.
Si
tu corazón es puro, entonces tus palabras lo serán y podrás tener
conversaciones sanas. Las chicas no deben conversar con un chico de la misma manera
que lo hace con una chica, debemos poner límites sobre las cosas que decimos y
como las decimos, de no estar con nuestras palabras insinuándonos y poniendo
tropiezo a nuestros hermanos.
Las
palabras que hablamos deben ser útiles para ambos, de beneficio y bien a
nuestra vida. Si percibimos que con cierto chico nuestras conversaciones se van
otro plano, entonces debemos de meditar y cambiar el tono de nuestras
conversaciones. Hay muchos asuntos que jamás deberían de tratarse con un chico,
por más amigos que digan ser.
¿Podríamos poner
algunos ejemplos?
-Un cumplido por una
prenda de ropa:
¡Que linda camisa! Vs. Qué bueno te ves con esa camisa.
Además
de cómo hablamos y lo que decimos, existe otro elemento, muy importante, que es
nuestra vestimenta…
·
Mi Vestimenta,
cuando nos ataviamos para coquetear
Hemos
escuchado hablar mucho sobre la vestimenta, pero aun así creo que nunca
terminamos de entender, aplicar y aprender, ya que a menudo cometemos errores
al elegir la pieza que llevaremos. ¿Es mi ropa demasiado sugestiva o incita a
los muchachos en lo sexual? ¿Es el propósito mío al vestirme llamar su
atención? 1Ti 2:9
Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia;
no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
1Ti 2:10 sino
con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
A
Dios le interesa nuestra vestimenta ya que es el reflejo del corazón y de
nuestro carácter, nos manda a que nuestra vestimenta exprese pudor, modestia,
decoro, humildad.
El
mundo nos ha vendido que mientras mas mostremos, mejor. Que la regla es la
desnudez, pero Dios y la Biblia enseñan todo lo contrario, nuestra vestimenta
debe ser decente, honorable, digan de una hija de Dios. Apropiada para
nosotras, que incite a malos pensamientos a actitudes negativas.
“Como vistamos así
mismo nos van a tratar”, de la manera que vistamos, así será la aproximación de
los chicos a nosotras. Si nuestra vestimenta es pura, lo más seguro es que lo
piensen dos veces antes de aproximarse con comentarios indecentes o miradas
lascivas. Aun con aquellos que son nuestros hermanos, con los que tratamos cada
día, ¿Podríamos
estarlos llevando a desnudarnos con la mirada o llevar su mente a fantasías
inadecuadas?
-La
ropa muy ajustada, acentuando la desnudez
-Los
escotes, en general, ya que hay algunos que tal vez pasen como inadvertidos
pero son inadecuados, porque comienzan y le dicen a los chicos que deseen ver
que más hay.
-Las
faldas o pantalones muy cortos.
No
debemos de vestir ropas que estén diseñadas para atraer la atención hacia
nuestros cuerpos.
Vestirse
con pudor significa usar ropa que no suscita pensamientos, ni acciones que
promuevan la sensualidad. Debemos de vestir femenino, pero no provocativo, esa
es la diferencia.
Cuando
nos vestimos enviamos un mensaje. ¿Qué mensaje estas
enviando tu? ¿Dice que eres una hija de Dios, imitadora de Cristo.
·
Toques
inadecuados y contacto físico
Fácilmente
nuestras acciones pueden despertar la lujuria o impureza en un chico, entonces
debemos cuidarnos del contacto físico o esos toques inadecuados con los
muchachos.
Todos
los seres humanos tenemos necesidad de contacto físico, que nos toquen y
nosotros tocar a los demás, los psicólogos afirman que desde la niñez es
importante recibir abrazos, besos o toques de nuestros padres o seres queridos.
Pero el problema que estamos tratando no este, sino el contacto físico que una
chica pueda tener con un muchacho que incite a ambos a pecar. La biblia no
prohíbe las expresiones de cariño o afecto entre los hermanos de la iglesia,
sino que las promueve. En los siguientes pasajes Rom 16.16, 1Cor 16.20, 2 Cor
13.12, 1 Ts. 5.26, 1 Pe. 5.14, encontramos que se nos manda a saludarnos con
ósculo santo (beso santo), ósea nuestras muestras de afecto deben de estar
reguladas por la santidad y la pureza.
Con
los muchachos, debemos de evitar todo tipo de toques que puedan proveer para
los deseos de la carne. Rom 13:14 sino
vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. No
debemos dar a nuestros deseos ninguna oportunidad de llevarnos a pecar. Hay que
evitar las situaciones que abran la puerta a satisfacer deseos
pecaminosos.
No proveáis: «no andéis
premeditando planes para satisfacer»
¿Qué cosas desea la
carne?
Existen
varias listas en la que podemos encontrar las obras de la carne, los deseos de
la carne, entre otros términos. Allí aparecen los pecados con los que nuestra
carne se deleitaría.
Rom 13:12 La
noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las
tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
Rom 13:13
Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en
lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia,
Gál 5:19 Y
manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia,
Gál 5:20
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías,
Gál 5:21 envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales
os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios.
Podemos
en este momento poner especial atención a palabras tales como: lujuria,
lascivia, adulterio, fornicación, inmundicia. No debemos de proveer ocasiones
para darle cabida a estos pecados, a veces una simple caricia (como la
definiríamos nosotras), puede ser el comienzo de un acto pecaminoso.
La
Biblia es muy clara – las muestras físicas de amor entre un hombre y una mujer
son correctas solamente en el contexto del matrimonio. Fuera del
matrimonio no hay lugar para muestras físicas de amor.
El
otro problema del afecto físico es que Dios nos ha diseñado con el deseo de
placer físico. El placer físico resulta en la unión sexual entre un
hombre y una mujer. En una relación matrimonial un abrazo lleva a un
beso, y esto lleva a una caricia, etc… El fin es el deleite entre varón y
mujer.
Que
el contacto físico que vayamos a tener con nuestros hermanos sea puro, evitemos
aquellas cosas que sabemos que podrían llevarlos a otro plano.
·
Los abrazos, sobretodo de frente.
·
Sentarnos en sus piernas.
·
Los besos pronunciados y de larga duración, aun sean en la mejilla.
·
Las caricias.
·
Que ellos nos carguen.
Entre
otras cosas…para cuidarnos mutuamente y ser de bendición unos a los otros.
Conclusiones:
El
propósito de este estudio es ver cómo debe ser nuestro trato hacia el sexo
opuesto, pudiéramos verlo desde una perspectiva correcta, la bíblica. Vimos que
el trato debe de ser con toda pureza, evitando llevar a pecar a nuestros
hermanos y cuidando su relación con Dios, su santidad y pureza.
Vamos
a evitar toda acción que no sea pura, que no los estimule a las buenas obras,
poniendo énfasis en evaluar nuestras palabras o conversaciones, vestimenta y el
contacto físico que mantenemos con los mismos.
Recuerden
que el propósito es que Dios pueda ser glorificado en nuestras relaciones con
los demás.
Pregúntate: ¿Qué cambios debo
hacer en mí? Y comienza desde hoy…
__________________________________________________________________
Lascivia: propensión a los
malos deseos carnales, deseo sexual sin control, mirar al prójimo de manera
morbosa con intensiones sexuales. Apetito inmoderado de algo, descontrol.
Yeah, Thankyou!!
ResponderEliminar